domingo, 30 de noviembre de 2008

03 - 29 Oct, 2008 - Mount Rushmore

03 – Mount Rushmore

Si en algo superan los estadounidenses a cualquier otro país que he visitado, es en sus esfuerzos por realizar demostraciones de su patriotismo. Banderas enormes por muchos lados en la calle, escuelas, restaurantes, casas de gente particular, banderas chiquitas por todos lados, conmemoraciones a cada prócer en sus tierras natales, o por donde hayan puesto pie en alguna etapa de sus vidas. Estatuas no hay tantas, menos que nosotros que tenemos una en cada plaza, y tal vez será porque los escultores se han de sentir disminuidos ante la obra de un tal Gutzon Borglum. Aunque hay que reconocer que la idea no fue originalmente de el, sino de un historiador de la zona con contactos en el senado. No me imagino como habrá sido la conversación entre uno y otro al momento de decidir el proyecto. O mejor dicho, me la imagino grotescamente.

- Oiga, Sr. Borglum, sabe usted que nosotros en South Dakota apreciamos grandiosamente sus esculturas.

- Se lo agradezco

- Y sabe, nos encantaría que realice una de sus grandiosas esculturas en nuestro estado.

- Sería un placer, en que tema están pensando

- Querríamos homenajear a nuestros más grandiosos presidentes – haciendo incapié en grandiosos.

- Pues, me encataría poder homenajear a nuestros grandiosos presidentes – cayendo en la trampa de empezar a usar la palabra grandioso

- Si, realmente nos gustaría poder realizar la escultura más grandiosa hasta el momento para homenajear a estos hombres que han forjado nuestro grandioso país.

- Y en que ciudad están pensando para emplazarla?

- Eso todavía no está decidido, y requerirá de su opinión profesional sobre calidad de piedra, para evitar mover grandes cantidades innecesariamente.

- Entiendo, entiendo – pero no entendía todavía en el quilombo que se estaba metiendo.

- Es que nos interesaría realizar las esculturas en la montaña, para que la gente desde lejos pueda admirar y recordar a nuestros grandiosos presidentes ilustres.

- Pues sería provechoso elegir alguna roca liviana, para poder llevar la escultura a la montaña. O, puedo trabajar sobre un modelo hueco.

- No, no, me refería a “en” la montaña, no sobre la montaña.

- Y de que tamaño mas o menos está pensando mas o menos? – Comenzando a sospechar de la magnitud de la empresa que le querían encomendar.

- Bueno, eso dependerá del tamaño de la montaña. Recorrió alguna vez los Black Hills usted?

- No, pero será un placer.

Y no se si habrá sido gran placer o no, pero seguro que fue unn trabajo enorme y con mil complicaciones. Porque ademas de ser enorme la escultura, la montaña que eligieron estaba llena de fracturas en la roca, y tuvieron que modificar el diseño. Una locura extravagante, que resultó en una obra grandiosa, como se empeñaba en remarcar el historiador en mi conversación imaginaria.

El detalle que más me impresionó a mi fueron los ojos. Cómo se las ingenió el escultor para que se generen sombras dentro y una parte quede al sol, para que le de ese brillo de la pupila que le dan vida a la mirada. A mi me cuesta (o mejor dicho me es imposible) dibujarlo en un papel, y éste guacho lo hizo en una montaña!

Magnífico.

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