01 - 27 Oct, 2008 Bemidji, Minnesota a Watertown, South Dakota

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Por Fin Salimos

Al fin, después de arreglar el problema con la carga de la batería, dejamos todo listo para poder salir temprano a la matina. Tratamos de no dejar en la camioneta las cosas que no se podían congelar, aunque obviamente se nos olvidaron algunas. La crema de manos por ejemplo, que quedó durita durita e inflando el envase al máximo.

A eso de las dos de la tarde podemos decir que oficialmente arrancó el viaje, aunque se sentía mayormente como si estuviéramos yendo al supermercado a comprar algo y volver.

- Bueno, pasamos el super, se nos olvidó algo? preguntaba uno.

- NPI, respondía el otro.

- A donde vamos? o mejor dicho, por donde vamos?

- A ver, paremos a cargar gasofa, y miramos el mapa de rutas. Merda que está fresco, suerte que salimos al final!

- Yo todavía no siento que hayamos salido.

- Yo tampoco, para mi se siente como que estamos yendo acá nomás. A ver, dejame agarrar los mapas y anotar el kilometraje (millaje mejor dicho) de la camio, así sabemos cuando arrancamos y podemos calcular distancias.

- Dale, yo voy a mear y vuelvo.

Erika habia preparado sus recorridos impresos de rutas alternativas bajadas de google, para pasar por el gran cañón del colorado pero prontamente nos desviamos de esas posibles rutas.

- Que si no está muy lejos, a mi me gustaría pasar a ver ese lugar donde están las cabezas de los presidentes esculpidas en una montaña, le dije. Donde es eso?

- Mount Rushmore, me respondió.

- Ah… - dije yo, haciendole notar que no me añadía mucho por develar mi duda al mencionarme una referencia geográfica desconocida para mi - Y eso mas o menos donde es que queda en el universo?

- Que Boludo - respondió sonriente, insistiendo con los modismos argentinos - En South Dakota, agregó. Pero no estoy segura en que parte de South Dakota, a ver, pasame el atlas de EEUU. (Y dijo pasame y no pásame, no es que yo me ande ahorrando acentos esta vez).

Cara de preocupación en su rostro, la misma que ponemos todos cuando estamos buscando algo en un mapa concentrados.

- Acá esta, en los Black Hills de South Dakota. No, no queda muy lejos de nuestra ruta. (No más cara de procupación)

- Bueno, joya! Por donde agarramos entonces?- y empecé a cantar mentalmente Rocky Racoon (no tan mentalmente, me aclara Erika ahora)

De vuelta a mirar en el mapa, pero no sin poner cara en el medio de haberse dado cuenta que trabajó al pedo preparando los mapas de google e imprimiendo los recorridos. Si, la vida es dura.

Una vez definida nuestra ruta del día, o mas o menos pa’ donde teníamos que agarrar, partimos rumbo a somewhere in the Black Hills of South Dakota…

Después de manejar un par de horitas nada más, pasamos por una zona donde se ve que había nevado. Habían pronosticado para la zona probabilidad de una nevadita, pero no había caido nada en Bemidji.

- Sacá, sacále foto, que por ahi no vemos más nieve por un tiempo. Además así se ve el contraste de climas que vamos a pasar.

Fotito por aca, fotito por allá, que que bonito la nieve derritiéndose en los árboles, y el sol. Mierda, no veo un carajo ahora.

- Uh, mirá a ese! como preparó el establo con cadáveres y fantasmas para el Halloween. Es gracioso ver los contrastes de como adornan unos y otros sus jardines (o granjas en este caso). Hay quienes adoptan un estilo comercial y pragmático, con zapallos artificiales y luces enchufables, más a veces muñecos inflables. Y hay quienes toman el camino más tradicional y hacen muñecos a mano, cortan los zapallos de verdad y le hacen caras que meten miedo, y adentro le prenden una velita. El pragmatismo, notoriamente pierde en la competencia, si yo fuese el juez. Se pierde el espíritu de lo tétrico y embrujado que intenta trasmitirse durante Halloween. Una dicotomía similar se observa también en las fiestas de Halloween que abundan durante esos días. Hay quienes optan por disfraces que meten miedo, de fantasmas, zombies, brujas fulerazas, curas depravados, etc. y los hay quienes optan por disfraces mas divertidos y sexies, como enfermera escotada y de minifalda, mucama con los pechos en bandeja, vampira que te dan ganas que te deje seco ahí nomás, etc… Como se imaginarán, en este aspecto no estoy seguro que sería tan tradicionalista, si me tocara a mi elegir los mejores disfraces.

Cinco horas viajando, y ya si, no hay dudas de que no estamos yendo al súper, ni yendo a buscar a un amigo al aeropuerto, ni a pasar un fin de semana de camping. Estamos con rumbo a Argentina. Pero ahora la preocupación no es esa, es encontrar donde carajo pusimos el cuchillo, para untar la mayonesa en los sanguchitos. Y encontrar un lugar donde pasar la noche, claro.